¿Qué es la Ansiedad?
La ansiedad es una respuesta ante el peligro que percibimos y que forma parte de la evolución, al igual que nuestros dedos o nuestra forma de caminar nos ha ayudado a llegar a dónde estamos hoy en día. ¿Cómo? Fácil: La ansiedad nos advierte de un peligro, reaccionamos ante él y conseguimos sobrevivir.
Ahora bien, la ansiedad es un mecanismo que activa nuestro cuerpo al máximo y que tiene una duración muy corta, lo justo para huir o luchar rápidamente y luego restaurar la normalidad en el cuerpo. Cuando dura más de lo apropiado, se activa ante estímulos que normalmente no la activan o bien se dispara ante unos niveles altísimos podemos hablar de trastorno de la ansiedad y, según la OMS, 260 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de trastorno de ansiedad.
¿Qué nos ocurre cuando tenemos ansiedad?
Cuando tenemos un momento de ansiedad nuestro cuerpo se ve afectado por él:
- Nos tensamos.
- Nos suben las pulsaciones.
- Notamos calor en alguna parte del cuerpo.
- Se nos altera la respiración.
- Nos mareamos.
- Nos ahogamos.
- Nos duele la cabeza.
Todo ello puede ser explicado por sistemas de nuestro propio cuerpo que nos ayudan a la huida o a la lucha.
Lo cierto es que los pensamientos también se ven alterados durante los momentos o episodios de ansiedad, siendo en general todos pensamientos que giran alrededor de la preocupación por un peligro o situación que se percibe como peligrosa de alguna manera, generando, de esta manera más ansiedad.
¿Cómo afecta la Ansiedad a nuestra vida?
Hay una gran variedad de trastornos de la ansiedad y no todas las personas que los sufren tienen los mismos síntomas, por lo que les va a afectar a sus vidas de maneras distintas. El ser personas más ansiosas hace tener una tendencia hacia las conductas de enfrentamiento o huida ante los problemas, ya que han aprendido que cuando se enfrentan a una situación de ansiedad, ésa es la forma de superarla.
También es común presentar actitudes y pensamientos de preocupación excesiva ante lo que pueda ocurrir:
“¿Y si se cae de ahí?”, “Si yo no lo controlo van a ocurrir cosas terribles”…
En muchas ocasiones, las personas del entorno van a ser las encargadas de hacer notar que se tiene un trastorno de la ansiedad porque las relaciones con los demás se suelen ver afectadas o lo notará la propia persona al ver que sus resultados en el trabajo se han visto afectados negativamente, o bien no se encuentra cómodo consigo mismo o con la manera de afrontar sus problemas.
La condición requerida en general para que sea considerado Trastorno de la Ansiedad es que éste provoque un desajuste significativo en nuestra vida emocional, social o laboral que se mantenga constante en el tiempo. Hay, además, una serie de consecuencias físicas que se relacionan de manera positiva con el padecimiento de un trastorno de la ansiedad, que pueden ser desde dolores en una zona localizada del cuerpo hasta enfermedades tipo gastrointestinales o cardíacas.
Para que sea considerado trastorno de Ansiedad debe haber un desajuste significativo en nuestra vida emocional, social o laboral que se mantenga constante en el tiempo.
¿Cómo puedes tratar la Ansiedad?
La Terapia Cognitivo-Conductual es el formato de terapia que más se recomienda en general.
Se basa en la combinación de las técnicas de las corrientes cognitiva y conductual, trabajando así tanto los pensamientos y emociones asociadas a los trastornos como las conductas características de éstos y como manipularlo todo con el objetivo de alcanzar el bienestar del sujeto.
En la buena práctica psicológica por parte del psicólogo se incluyen además habilidades como la empatía o el sentido del humor con el objetivo de hacer que el miedo tanto hacia la terapia como hacia los propios síntomas disminuya.